sábado, 20 de junio de 2020

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Creo que es la primera vez que no vengo a hablar de mi madre, pero necesito hablar de esto.

Bueno.

Habitualmente el consumo de alcohol está muy normalizado. Es un país donde si algo sale bien se bebe para celebrar, y si algo sale mal también se bebe para que las penas sean menores.

Recuerdo la primera vez que me emborraché. Me emborracharon familiares adultos por diversión. No volví a emborracharme hasta años después cuando cumplí los 16 y celebraba mi cumpleaños. Recuerdo que en ambas ocasiones fue todo muy divertido.

Así es como el alcohol daña tu ADN y hace que quieras tomar más ...

La verdad es que la mayoría de veces he tenido la suerte de ser esa borracha que es feliz, baila y termina durmiéndose. Otras veces he sido la borracha agresiva, pero proporcionalmente, muchas menos veces.

Aprendí pues a desinhibirseme de esta manera. 

Con los años fue a más.

Recuerdo mi primer día de novatadas (y último, pero eso es otro tema). Yo pensaba que no iba a beber, así que no puse dinero para hielo, vasos ni alcohol. No se cómo terminé con un vaso en la mano y una bolsa de litronas a los pies. Me bebí botella y media de Negrita yo sola. Y al llegar a las 3 a la puerta de la discoteca vomité a mi veterana en los pies. Y decidí entrar a la discoteca, beber agua en el baño e irme a dormir.

Renuncié a las novatadas y también me echaron. Por eso me fui a mi ciudad de fiesta los fines de semana. Derecho, Medicina, Enfermería, Ingeniería de Caminos, Aeronáutica, Economía... 

Había épocas más relajadas pero otras en las que al día siguiente tenía que ir a urgencias porque me había dado un latigazo cervical bailando borracha y si intentaba mantener el peso de mi propia cabeza me mareaba tanto que me caía estando sobria.

Y fueron pasando los años.

Para cuando terminé la carrera había bebido tanto que tenía verdaderas lagunas. A veces tan vergonzosas que cuando me las contaban luego me deprimía. Nada especial, pero es humillante beber como para no recordar nada a partir de las 2 am y tener una laguna de 5 horas.

Aprendí a meter mi propio alcohol en las discotecas. Recortaba en comida para beber. Aprendí a volver a casa caminando desde casi cualquier parte. Empecé a estar tan jodida porque mi vida no era perfecta que empecé a ser agresiva. 

Y llegué al apogeo de mi alcoholismo el año pasado. Empecé a ir borracha siempre a clase y a seguir bebiendo después. Mi abuelo estaba enfermo y así me olvidaba. Empecé a salir de fiesta dos días seguidos y tener dos días llenos de lagunas. Tres días. Daba igual si era entre semana. Salía de clase y bajaba a comprar cerveza, siempre tenía latas de cerveza. Compraba los cubos de 6 para mí sola. Nunca llevaba efectivo para poder comprar de más.

Cuando murió mi abuelo llegué a ir borracha a las misas. Y ahí me di cuenta que o lo dejaba o estaba jodida. Pasé todo el verano trabajando, estudiando y sobria.

Honestamente, no sé qué pretendía publicando esto.