He vuelto al psiquiatra.
Y el problema sigue siendo ella.
Siento que voy a tener que medicarme hasta que me muera. O hasta que se muera ella.
Cuando era más cría siempre estaba llena de ira. Luego simplemente decidí dejarme arrastrar hasta que ella se calmase y dejar que me insultase y me gritase hasta que todo pasara.
Pero ahora creo que he vuelto a los 15 años. Vuelvo a estar enfadada porque necesita su espacio y también el mío. Estoy harta de reclamar mis propias cosas, mis derechos.
Tengo miedo porque me siento como una olla a presión, como si fuera a estallar en gritos y a comenzar a lanzar las cosas por la ventana. Como si necesitase chillar, reventar las cosas contra el suelo.
Me siento tan desamparada. Soy una perdedora. Me siento estúpida, perdida. Siento que soy un pájaro dentro de una hermosa jaula llena de lujos perecederos. Preferiría tener menos cachivaches y cero jaulas.
Ayer le dije al psiquiatra que mi deseo no es morirme, mi deseo desde niña ha sido siempre escapar.
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