Muchas veces pienso que soy gilipollas por pensar o por albergar algún tipo de esperanza en que las cosas cambien. Las cosas no van a cambiar. Y "las cosas" pueden ser cosas abstractas o no.
Hoy por ejemplo me siento totalmente estúpida por no haberla visto venir. Pero es que yo creo que me siento en las vías del tren pensando que me da tiempo a tumbarme y que me pase por encima sin dañarme, pero luego veo que cuando entra dentro de la ecuación todo se pone patas arriba, y lo que era un riesgo que pensaba controlado al final resulta en ella vendándome los ojos y tapándome los oídos para que el tren me pase por encima.
Tras invertir toda la campaña navideña en demostrar que es una persona mejor que todas las demás, fuerte, independiente, llena de coraje para plantarse frente a las multinacionales y decir que no necesita nada bajo el árbol, hoy ha pasado lo inevitable, lo que siempre pasa.
HOY ME HA EXIGIDO QUE COMPARTA MI PANTALÓN DE REYES MAGOS CON ELLA.
Desde que tengo un cuerpo adulto siempre me exige que mis cosas las comparta con ella. Te viene de buen rollo. Eh, es tu amiga, tu colega. Para nada es esa persona que te lleva haciendo sentir como una mierda tantos años. Y entonces te pide algo que para ti es importante. Primero porque igual está hasta sin estrenar, segundo porque te lo han regalado por tu cumpleaños, Navidad o una fecha señalada de amistad. Y como dices que no pues te insulta.
Que me llame egoísta me lo tomo como un gran insulto. ¿Cómo alguien como tú se atreve a llamarme egoísta? No querías nada por Reyes. Pues estos son los míos y no quiero compartirlos contigo. No mostraste interés en celebrar mi cumpleaños, pues no me pidas que comparta contigo quién me ha felicitado, no te importa.
Tienes suficiente dinero como para ir a la misma tienda y comprarte mil pantalones de pana. Pero te entra frío ahora. Y los quieres ahora porque los tengo yo. Pero no te han urgido. ¿Acaso ha comenzado el invierno hoy? ¿Acaso no has sentido frío primero?
Y otra razón que me hace sentir personalmente insultada es que ella tiene más talla que yo. Pero soy yo quien recibe cada día de su vida apelativos como GORDA, CELULÍTICA o similares. Pero yo quepo en todos mis pantalones, incluso me sobra pantalón. Y tú no cabes en los tuyos y eso te hace frustrada, lo sé porque te he oído murmurarlo. Tienes entre 2 y 3 tallas más que yo y me vas a dar unos pantalones nuevos de sí porque no eres capaz de ir a la tienda y comprártelos, porque eres vaga y egoísta.
Y te odio. Porque siempre estropeas todos los regalos.
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