domingo, 17 de enero de 2021

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Nunca he entendido muy bien el amor que puede existir entre una madre y una hija.
Seguramente esto es porque mi madre me causa rechazo.
Toda ella me hace sentir un escalofrío denso y desagradable en mi interior. No es asco, pero tampoco este sentir está del todo desencaminado.

No es que sienta ganas de huir, no siempre. Pero la mayoría del tiempo siento odio.
Odio cuando mastica y hace tanto ruido. Aunque he comido con personas mucho más ruidosas y no logro encontrar este repudio. 
Odio cuando es maleducada porque piensa que nadie la conoce y hace cosas como eructar en alto en un supermercado o insultar a la gente que parece tener menos dinero que ella.
Odio cuando silba una y otra vez la misma melodía durante horas. Lo hace tan mal, tan desafinado, tan desacompasado, tan desentonado que me gustaría que alguien le diera un puñetazo. Además, la canción se mete en tu cabeza y te hace sentir incapacitado.
Odio cuando lee las esquelas en alto y te pregunta si conoces a alguien.
Odio cuando cree que su opinión es la más válida, la más experimentada. Y a su edad todavía no sabe que el mundo es injusto, lo olvida siempre.
Odio cuando pretende fingir ser una adulta moderna. No tienes 20 años y siempre me haces sentir humillada. Usa ropa de tu talla. No me hables delante de mis amigos.
Odio cuando cree conocerme y aparece en casa con "ropa para mi" que al final se queda ella. Aún sabiendo que no me gusta, que odio las cosas que brillan. 
Odio cuando me grita que las personas que necesitan tanta intimidad es porque son malas personas que esconden cosas. Nunca he tenido intimidad.
Odio que siempre quiera entrar al baño precisamente cuando me estoy duchando. Además, en casa hay dos baños. Y odio cuando todo su argumento para entrar a darte conversación mientras te duchas es "yo también soy mujer, no voy a ver nada que no haya visto". ¿Y a mí qué me importa lo que hayas visto?
Odio que siempre quiera participar en mis trabajos, así que nunca le dejo leerlos hasta que ya los he entregado y me han puesto una nota.


La verdad es que la mayoría del tiempo siento que me apetece darle una patada en el estómago.

También odio cuando me pide un abrazo o me quiere dar un beso. "Es que soy tu madre". A mi no me lo parece. 
Me causa tanto rechazo que siento ansiedad.

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